El mercenario hizo un gesto con la mano y todos prepararon sus arcos y se dispusieron en un semicírculo que rodeaba un lateral del objetivo, se dio la orden de tres andanadas y luego Ethan se acercó a comprobar el resultado.
“Está bastante bien”, pensó, “quizá si no nos oyen tengamos alguna posibilidad”.
-Buen trabajo, vamos a repetirlo, recoged vuestras flechas y…
Un silbido atravesó el silencio, no era muy fuerte pero estaba bien dirigido, por suerte el viento soplaba hacia ellos, desde el pueblo con lo que empujó al sonido. Ethan dio una orden y todos corrieron junto a él hacia el pueblo, al acercarse, entre los árboles pudieron ver el reflejo del fuego entre las casas, había unos 10 hombres y tenían a Juil, el hombre que se había quedado como vigía, atado a un poste de madera.
Ethan y sus hombres continuaron emboscados, estaban demasiado lejos como para acertar a los invasores bárbaros, sin duda eran kuhaitines. Tenían que rodearlos como habían hecho en su ejercicio, no sería mala idea hacer dos grupos aunque, sin duda, uno de ellos debía llevar el peso del ataque cuerpo a cuerpo.
Decidió enviar un grupo de cuatro arqueros a que rodearan el pueblo y él con el resto tratarían de avanzar lo más posible y aguantar la carga.
Ox y Raüm se prepararon para avanzar, no eran buenos arqueros así que ni siquiera llevaban arcos, sin embargo, si iban armados con hacha y espada respectivamente y con sus escudos.

Una Daga en la Noche by Adrián García Maganto is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.
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