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miércoles, 12 de noviembre de 2008

Día 2.-El bosque

A pesar de ser una buena posada y estar en un pueblo no lejano a la gran ciudad de Keepersburg, llamado Gatetown, los comerciantes solían entrar por el este, no es que el bosque que rodeaba el pueblo fuese especialmente inseguro pero las conexiones por el oeste eran escasas, sin costa, ni río, ni un mercado propiamente dicho, Gatetown se mantenía viva gracias a la feria anual de la ciudad, pero por desgracia quedaban meses para que llegara la fecha.

Ethan salió un día más en dirección al bosque para hacer frente a un poco de entrenamiento con el arco, cuando llegó al claro donde solía practicar notó una presencia, alguien o algo estaba acechando, las ramas de los arbustos susurraban, era un día de muchas nubes, parecía que en cualquier momento empezaría a llover, sin embargo el viento se encontraba completamente en calma.

El mercenario decidió esperar y disimular como si no hubiese notado nada, se descolgó su arco largo y sacó tres flechas que clavó en el suelo frente a si y se preparó a disparar el arco, apuntó a la diana dibujada en el árbol y disparó, el tiro salió muy desviado perdiéndose entre los matorrales, 'Me da pena perder una flecha, pero si cree que puede atacarme al menos podré entretenerme un rato, tanto tiempo entrenando solo me va a hacer perder reflejos' pensó.

Sin embargo, a pesar de seguir notando que no todo estaba en calma, no notó más actividad que hacía un minuto. Por lo que se dispuso a disparar de nuevo, a pesar de no ser más que un guerrero en la actualidad, había sido un paladín hacía unos años, antes de que el Conde Ludward-A-Corland (Conde de Corland) decidiera magnánimamente despojarle de sus tierras y de su título de Ser Ethan-A-Krom (Guardián y Señor de Krom); por lo que sus ropas eran bastante buenas y no estaban demasiado gastadas, a pesar de todo un señor no iría al bosque sin escolta, por lo que esperar que le tomasen por un noble habría sido estúpido pero quizá si podría pasar por el hijo de algún comerciante de Keepersburg. Volvió a fallar el tiro aunque esta vez si impactó en la diana, si bien lejos del centro.

Se preparaba a tomar la tercera flecha cuando notó que no solo le acechaban por un lado si no que había al menos dos, ahora estaba seguro eran dos personas, posiblemente bandidos. Tomó la última flecha y la colocó en el arco pero no tensó la cuerda, en vez de eso, buscó con la mirada el lugar del que provenían los sonidos, giró la cabeza un par de veces antes de poder distinguir a quién le estaba espiando entre unos arbustos, no parecía muy grande y si no le había visto antes es porque estaba completamente mimetizado con los arbustos. Tensó la cuerda y apuntó al bulto.

-Vamos sal de ahí o te ensarto.

Sintió como detrás de él alguien saltó de entre los arbustos pero giró a tiempo para atravesarle un hombro con una flecha certera, el dolor despistó al bandido que falló en su agónico intento de partir en dos la cabeza de Ethan con una maza. Inmediatamente el otro hombre salió de su escondrijo con una espada corta en una mano y una daga en la otra, pero el mercenario pudo detener el ataque con el mango del arco para acto seguido golpear con el extremo en el estómago a su atacante antes de que el otro se le encarase de nuevo, lanzó una patada a la cara del de la espada, que calló al suelo ensangrentado. y con las manos en el rostro.

Poco pudo hacer para esquivar el mazazo del primer bandido que le impactó en la espalda, cerca de la columna lo que le hizo caer de rodillas, no sentía nada roto, pero al darle en la espalda había perdido la sensibilidad medio segundo y había perdido el equilibrio.

El nuevo envite del hombre de la maza lo esquivó rodando pro el suelo lo que le dio tiempo a sacar una daga de su vaina y lanzarla certeramente al cuello del hombre, todo había pasado en pocos segundos pero ahora tenía que enfrentarse al tipo de la espada, la sangre manaba sin cesar de su nariz pero seguía enarbolando espada y daga frente a él. 

Una vez más Ethan rdó por el suelo tratando de alejarse lo suficiente como para ponerse en pie, pero el bandido cayó sobre él propinándole una tremenda patada en el abdomen, el guerrero sintió como se encovaba sobre si mismo muy a su pesar para recibir una nueva patada de inmediato, sabía que no habría más que lo próximo que sentiría era la espada  por lo que hincó una rodilla en el suelo y se lanzó sobre su atacante agarrándole de las muñecas. Con un par de golpes el bandido soltó la daga y Ethan lanzó su mano derecha en su busca mientras mantenía la diestra, la de la espada agarrada con la izquierda. El bandido lanzó su puño a la cara del guerrero que lo recibió como pudo, pero este no se rindió y soltando al hombre se lanzó sobre la daga. Para levantarla a tiempo de desviar la espada del bandido. Ese era su momento, con un movimiento de abajo a arriba clavó la daga por debajo del mentón del bandido que calló inerte a su lado.

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