En mi mesilla: "La Rueda del Tiempo VIII, El Yermo de Aiel" Robert Jordan
También en mi mesilla: "Pirómides" Terry Pratchett
Último leido: "La Saga de Geralt de Rivia II, La Espada del Destino" Andrzej Sapkowski

domingo, 10 de mayo de 2009

Día 35.- Encuentro inesperado

La muchacha de fogosos cabellos se quedó mirándoles, callada, el joven de su lado siguió su mirada y vio a la gente que acababa de entrar, de un trago acabó su cerveza y se levantó haciendo una leve inclinación ante la muchacha que ni siquiera le miraba.

-Habéis tardado mucho, esperaba encontraros pero ya hace un día que estoy aquí, y creí partir antes que vosotros.- Sonrió como solo ella sabía sabía y sus ojos se abrieron más que nunca reflejando la luz de la tarde que entraba por al ventana, la visión era impresionante, un verdadero regalo.

Ethan se acercó a Briane y la miró a los ojos, ella hizo un gesto como de extrañeza, como si no comprendiera que hacía aquel hombre mirándola así y luego volvió a sonreír.

-No esperaba...- Ethan calló de nuevo.

-Creo que tenías razón, debía salir de allí, Freetown no era lugar para mi, me estaba ahogando entre sus muros.

-Pero, ¿tu madre...?

-No saques ese tema, es lo que me impedía salir, vivir, debía dejarla atrás, la quiero, pero no podía dejar que se consumiese mi vida así, quería partir contig... con vosotros, aprender a defenderme, conocer otros lugares.

Ethan sintió como por detrás de él se acercaba uno de los picaros de Jur y lanzaba su mano al muslo de la muchacha, pero no consiguió pararlo.

-Esta será nuestra zorra, es muy...

Antes de que llegase a decir nada más tenía la daga de Ethan en el cuello, los hombres de Jur habían desenfundado sus armas y Ethan soltó al tipo.

-La próxima vez no tendrás tanta suerte, vuelve a hacer algo así y te rebanaré el cuello.

-Puedes intentarlo.- De pronto soltó una risotada.- No merece la pena, cerveza para todos, posadero, estamos secos del viaje.

-Lo siento.- Dijo Ethan a Briane.

-Estoy acostumbrada, no es la primera vez, los hombres se creen en el derecho a... Bueno, no se, siéntate conmigo.

-¿Qué hay del joven?

-¿El campesino?, creo que ha entendido que no me interesaba su compañía. He corrido mucho, pensaba que os había perdido, por suerte maese Fardas me indicó que no había visto pasar a ningún grupo estos días y yo, supuse que no habríais llegado aún, Raüm, bueno, él trató de consolarme, me dijo que querrías despedirte, pero yo no podía, espero que no me culpes, era demasiado complicado.

-Era tu decisión, no te voy a decir que no deseara esto, Briane...

Los ojos de la muchacha eran más hermosos que nunca, con un brillo especial.

-Me alegro de que estés con nosotros, pero el camino puede ser peligroso, tendremos que encontrar alguna armadura para ti.- La joven bajó la vista y asintió, luego miró a Raüm que acudió en su ayuda.

Cenaron pronto, y se fueron a acostar en seguida, por suerte Fardas conocía a toda la gente del pueblo y pudo conseguir una armadura de cuero apta para la muchacha y una vieja hacha, que a pesar de todo estaba en buen estado, el precio no era malo tampoco así que Ethan la armó como si fuese un caballero y él un señor, ella respondió con una risa alegre y se lanzó a sus brazos. El mercenario la miró directo a los ojos y se puso colorado, pero no la apartó de si, estuvo aún un poco más aferrado a ella, mientras, Yal cantaba una balada subida de tono para el regocijo de todos.


Creative Commons License
Una Daga en la Noche by Adrián García Maganto is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.

No hay comentarios: