En mi mesilla: "La Rueda del Tiempo VIII, El Yermo de Aiel" Robert Jordan
También en mi mesilla: "Pirómides" Terry Pratchett
Último leido: "La Saga de Geralt de Rivia II, La Espada del Destino" Andrzej Sapkowski

lunes, 4 de mayo de 2009

Día 34.- Una noche tranquila

La noche había pasado, bien que mal, entre las risas ebrias de Yal y los hombres de Jur, el trovador se estaba jugando algo más que el dinero con esos dados trucados, pero, por suerte, sus compañeros de juego no habían estado tan lúcidos como sería necesario para seguir las manos del hábil jugador, que les dejaba ganar menos de lo imprescindible para pasar desapercibido.

El refugio era pequeño, pero eso había ayudado a mitigar el frío de la noche, la puerta estaba hecha rústicamente y dejaba un amplio hueco por debajo por el que se colaba un viento helado. Los caballos habían tenido que quedar fuera por lo que hicieron turnos de guardia, pero, por desgracia, el mercenario no pensó en el alcohol que correría con la luna y, para asegurarse de que no perdían los animales ni la carga, doblo el turno, por suerte Framar se ofreció a doblar también, cuando Ethan se despertó para su segunda guardia, el otro le estaba ya esperando, tiritando, arrebujado en su capa, al volver a dentro, se la ofreció, pero este declinó la oferta.

Era una hermosa noche, podía ver todas las estrellas y una enorme luna plateada coronaba el firmamento. Los caballos estaban tranquilos aunque había que tener cuidado para que no se acercasen demasiado a la fogata que habían dejado fuera de la cabaña para que el frío no acabase con ellos.

Raüm se despertó pronto y ofreció a Ethan que entrase a caldearse un poco y a descansar la hora que quedaría hasta el amanecer, pero el guardaespaldas prefirió quedarse allí fuera, con él.

-Raüm, este tiempo no nos acompañará demasiado tiempo, volverá a nevar y ahora debemos perder un día o dormir todos los que nos quedan a la intemperie.

-Creo que podremos parar mañana, no creo que dormir al raso sea buena opción.

-Estoy de acuerdo.- Hubo un largo silencio.-Raüm, ¿por qué me ocultaste lo de Briane?

-Lo siento, amigo, pero le di mi palabra.

-Al menos podría haberme despedido.

-Pronto volveremos y podrás verla.

-Quizás para entonces sea tarde.

-Esperemos que no.

La noche ya había pasado cuando todos se pusieron en pie, tomaron un frugal desayuno y se pusieron de nuevo en camino.


Creative Commons License
Una Daga en la Noche by Adrián García Maganto is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.

No hay comentarios: